Nos situamos en una oficina en algún punto de España. Suena un teléfono. Una mano deja de lado lo que estaba haciendo, no se sabe qué, y lo levanta con el fin de dejar de escuchar ese ruido tan molesto. Al otro lado, en otro punto situado entre la frontera con Andorra y Canarias, repiquetea una voz ronca que se expresa con tono amigable.

La conversación sigue un camino que no se aleja del normal entre dos personas que comparten cargos en dos grandes empresas. El ejecutivo que responde al teléfono casi había perdido la atención a la conversación. En ese momento un sudor frío recorre su cuerpo. El motivo de la reacción de nuestro ejecutivo es la proposición que recibe desde el auricular del teléfono, en ese momento piensa en el momento en que dejó de lado su tradicional lectura diaria de periódicos para conversar con su homólogo.

  • Igual no he oído bien –Piensa
Después de seguir unos minutos con la trivial conversación, su interlocutor decide insistir y es cuando reafirma sus ideas de que en ningún momento la línea telefónica se distorsionó y entró en su despacho la conversación inadecuada.

Decide aceptar el trato.

(...)

En los próximos días recibe más instrucciones. Parece que está todo preparado para finales de mayo.

Todo se solucionó cuando el club de fútbol que presidía perdió en la última jornada del campeonato liguero para que otro equipo, el que le ganó el partido, salvara la categoría.

*

Esto podría ser un fragmento de la novela, no se sabe si basado en hechos reales, que en pocos días presentará el presidente de la LFP, Javier Tebas. La novela(?) narra una historia sobre la corrupción en el mundo del fútbol.

Tebas igual no es la persona más adecuada para narrar una historia novelesca que verse sobre la corruptela que impera en el mundo del cuero sintético. Ahora mismo es presidente de la segunda entidad con mayor poder en el fútbol, de una asociación que aglutina a los 42 equipos con mayor poder del fútbol español. No son pocos los motivos que hay para sospechar del fútbol español y una novela de su presidente tratando el tema puede levantar alguna que otra suspicacia.  

Jesús García Pérez (@jesusgarciapere)